El gobernador del estado mexicano de Veracruz ha hecho un llamado para una investigación independiente sobre las operaciones de las Granjas Carroll, la empresa ganadera de la cual Smithfield Foods y AHMSA de México son copropietarios. Las instalaciones masivas de cría animal industrial se encuentran cerca del pueblo en donde se confirmó el primer caso del brote de gripe porcina en un niño de ocho años de edad, Edgar Hernández.
"Debería haber una autoridad independiente para tener garantías adicionales de que no hay vínculo alguno entre lo que sucedió y lo que al principio se trató de un vínculo con la gripe porcina", el gobernador Fidel Herrera le dijo a reporteros de Al Jazeera.
El anuncio del gobernador surge tras a una larga serie de negaciones y encubrimientos con respecto al papel de esta granja porcina en el brote del virus A/H1N1 en México. Un brote de enfermedad respiratoria inusual se inició en las comunidades alrededor de la granja a principios de marzo, con algunas indicaciones que se remontan a enero. Las autoridades sanitarias locales atribuyen el brote de lo que se está llamando "infección respiratoria aguda" a las lagunas a cielo abierto de estiércol y desechos biológicos que rodean las granjas.
El 5 de abril, las autoridades sanitarias locales declararon un cordón sanitario en la zona, pero no se llevaron a cabo pruebas para determinar un diagnóstico preciso de la extraña enfermedad. Mientras tanto, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC por sus siglas en inglés) determinó el 17 de abril que dos muestras de pacientes en California constaban en un nuevo virus H1N1, y el 21 de abril el CDC emitió un envío temprano de su Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad advirtiendo que se había descubierto un nuevo virus. Los casos de San Diego entonces fueron vinculados a los casos sospechosos surgiendo en México y salió la alerta de una posible pandemia.
Las medidas de emergencia no se declararon en México hasta el 23 de abril. El 25 de abril, el Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de una Emergencia de Salud Pública de interés internacional.
En el momento de escribir estas líneas los Estados Unidos reporta 1.639 casos confirmados y dos muertes. Los casos internationales de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud suman a 2.500. El 7 de mayo, el Secretario de Salud de México confirmó 1.364 casos y 45 muertes.
Sistema lento en responder para proteger la salud pública
Tres señales de alerta que indican la existencia de un nuevo virus fueron desatendidas en México: 1) un brote de gripe atípico fuera de la temporada de gripe normal, 2) las víctimas de edad media - 35 de las muertes fueron de personas entre las edades de 20 y 39 años - en lugar de las concentraciones entre los muy ancianos y los muy jóvenes, y, 3) la proximidad de los brotes a la granja porcina.
La respuesta retrasada a nivel nacional e internacional de apenas unos pocos días, significó la diferencia entre la epidemia y la " pandemia inminente" según varios expertos.
De acuerdo a un artículo del 1 de mayo en Science:
"Tanto el CDC como la OMS han establecido claramente que los planes cuidadosos elaborados durante los últimos 5 años para aplastar las pandemias en su origen no tienen papel alguno en estos momentos porque el virus ya está demasiado ampliamente dispersado. En trabajos publicados en el 2005 en Science y Nature, los científicos concluyeron que es posible detener una pandemia incipiente a nivel local con la utilización agresiva y centrada de antivirales y medidas tales como el cierre del transporte y las escuelas. La OMS había almacenado unos 5 millones cursos de tratamientos de oseltamivir que podrían haberse utilizado para ese fin.
Este situación podría haber funcionado en contra de la gripe porcina, dice Ira Longini (un epidemiólogo de la Universidad de Washington), si se hubiera intentado mucho antes. "Había 800 o 900 casos [sospechados] antes de que irrumpiera en el radar global; eso es mucho más allá de un brote que se puede contener".
Encontrar la respuesta a por qué hubo un retraso en el diagnóstico y la respuesta después de estas primeras señales de alerta debe ser un elemento importante de la agenda de seguimiento para el sistema de salud mexicano y los organismos internacionales.
Los factores incluyen: la falta de respuesta a los informes iniciales de Perote, posiblemente para proteger a la granja porcina de la mala publicidad; el hecho de que los socios norteamericanos de México en el marco del TLCAN no habían desarrollado la transferencia de tecnología y capacitación para permitirle al gobierno mexicano realizar pruebas y detectar brotes sospechosos que no caben dentro de los patrones conocidos; una inexplicable lentitud en la respuesta por parte del CDC; evidencia de esfuerzos para descartar casos errando en diagnósticos en instalaciones de salud locales y estatales en México (Oaxaca y Veracruz); y problemas de comunicación y coordinación dentro del sistema de salud descentralizado de México. Algunos informes de que los pobres sufrieron de discrimen y de que sus denuncias no fueron atendidas también deben pesar en la investigación.
Otro factor fue la falta de seguimiento y regulación de enfermedades porcinas, a pesar de que los científicos han sabido por décadas que las enfermedades de los cerdos y los humanos pueden y de hecho cruzan la barrera de las especies.
La defensa de la granja industrial
Los expertos han advertido por mucho tiempo que "la producción animal en granjas industriales" (IFAP por sus siglas en inglés) conlleva impactos potencialmente graves para la salud humana. Un estudio trágicamente profético realizado por la Comisión Pew sobre la Producción Animal en Granjas Industriales de 2008 concluye, "... una de las consecuencias no deseadas más serias de la producción animal industrial para la alimentación es la creciente amenaza para la salud pública de este tipo de instalaciones. Además de la contribución de IFAP a la amenaza mayor de la resistencia antimicrobiana, las instalaciones de IFAP pueden ser perjudiciales para los trabajadores, vecinos, e incluso para los que viven lejos de las instalaciones mediante la contaminación del aire y del agua, y a través de la propagación de la enfermedad.
"El estudio continúa (referencias en el original), "Los trabajadores y vecinos de las instalaciones de IFAP experimentan altos niveles de problemas respiratorios, incluyendo el asma. Además, los trabajadores pueden servir como una población puente, transmitiendo enfermedades de origen animal a una población más amplia. La falta de tratamiento apropiado de enormes cantidades de desechos puede resultar en la contaminación de las aguas cercanas con niveles nocivos de nutrientes y toxinas, así como bacterias, hongos y virus, todo lo cual puede afectar la salud de las personas cerca y lejos de las instalaciones de IFAP".
Según los residentes locales protestaron el hedor y señalaron a la granja porcina como la fuente de su enfermedad, parece que las autoridades de Veracruz se esforzaron marcadamente en desmentir sospechas de que las Granjas Carroll de Smithfield tuvieran algo que ver con las enfermedades inusuales que se estaban reportando. Aunque los funcionarios de salud rociaron el pueblo de La Gloria para matar enjambres de moscas provenientes de las lagunas cercanas a cielo abierto de estiércol, las explicaciones daban con todo excepto la granja porcina.
Las autoridades federales también negaron el vínculo con la granja porcina y un representante de las Granjas Carroll tildó al hecho de que el primer caso de gripe porcina fuera localizado a pocos kilómetros de la granja "una lamentable coincidencia". El 2 de mayo, la empresa celebró una rueda de prensa para pronunciar que su producto no presentaba riesgos a la salud, pero los portavoces se negaron a tomar siquiera una pregunta de la prensa.
Según se informa, las Granjas Carroll enviaron muestras de su rebaño para que les hiciesen pruebas en algún momento poco después del brote y tanto la empresa en sí como el gobierno mexicano absolvieron a los cerdos Smithfield de cualquier papel en la epidemia.
Luego llegó el anuncio de que un brote del mismo virus se había descubierto en un rebaño de cerdos en Alberta, Canadá.
La Agencia Canadiense de Inspección Alimentaria reportó esta semana que cerca de 220 cerdos de un rebaño de 2.200 tienen el virus H1N1 del 2009. Esta es la primera vez en que la gripe ha sido oficialmente identificada en un rebaño de cerdos y despierta sospechas a un nivel más alto. Las autoridades canadienses, los portavoces de la industria y los medios de comunicación han circulado la versión de que los cerdos fueron contaminados por un trabajador en la granja que recientemente había regresado de México.
El trabajador agrícola regresó a Canadá de México el 12 de abril y tuvo contacto con los cerdos dos días más tarde. Los cerdos comenzaron a mostrar señales de la gripe el 24 de abril, dijo el funcionario veterinario más alto del país, el Dr. Brian Evans de la Agencia Canadiense de Inspección Alimentaria en un reportaje de radio desde Ottawa. Se dice que los cerdos están en cuarentena, sin riesgo para la cadena alimentaria.
Sin embargo, al repasar los informes se aprecia que no hay evidencia científica citada que respalde la teoría de que el trabajador fue la fuente del brote en los cerdos, y no viceversa. Un artículo en The Star cita esta explicación enrevesada del Dr. Peter Ben Embarek, un científico de seguridad alimentaria de la OMS, "Esperábamos que en algún momento, ya que este virus tiene elementos del virus porcino, que posiblemente encontráramos el virus en los cerdos de la región donde el virus está circulando".
Las declaraciones de los funcionarios de salud canadienses tampoco lograron aclarar la confusión. Suponiendo que es cierta el lugar de que la transmisión es de persona a cerdo sin explicar en qué se basa, Evans notó que el virus no mostró señales de mutación al pasar de humano a cerdo. "En este momento, la cuestión de si esto es un virus humano que se introdujo a los cerdos, y la caracterización de este virus, muestra que todavía sigue siendo ese virus", dijo. Lo que esto parece significar es que el virus es idéntico en ambas especies, pero todavía no explica por qué las autoridades suponen que los animales lo contraeron de los humanos.
Tom Philpott, uno de los primeros en hacer sonar la alarma acerca de la conexión con las granjas industriales, escribe en Grist que tanto las moscas como los cerdos asintomáticos pueden transmitir la enfermedad. ¿Cómo saben los científicos en qué dirección viajó el virus a través de la barrera de las especies? ¿Por qué es que no se le ha brindado información al público?
Si hay pruebas científicas sólidas de que los cerdos contraeron el virus de los seres humanos, el público tiene el derecho a saber en qué consiste esa evidencia. Si, por otra parte, esta teoría es especulación, tenemos el derecho a que no nos presenten especulaciones como si se tratara de hechos científicos.
Según la teoría de humano a cerdo se acepta como un hecho en los medios de comunicación en el caso canadiense, muchos expertos insisten en el origen porcino del virus. Citando a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU., Scientific American señala un punto de partida del cual los políticos no parecen haberse percatado: "Pero lo que está claro, gracias a la ardua labor de virólogos, es que esta cepa particular de la gripe tiene su inicio genético en las granjas de cerdos en EE.UU. en la década de 1990".
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